
Como siempre, sin lácteos, sin glúten ni harinas.
Generalmente las sopas de cebolla siempre van acompañadas de pan y queso por encima (al menos las que yo conozco), pero he hecho una adaptación muy sencilla de la receta y lo cierto es que tan solo de recordar lo buenísima que estaba me dan ganas de prepararla de nuevo para la hora de la cena.
¡Es super fácil de hacer! Y además, es una de esas recetillas aptas para fin de mes. Solo necesitarás para hacer la sopa para 1 persona una cebolla, algo de caldo de verduras y grasa para cocinar (aceite de coco, ghee, etc.)
Si no tienes caldo de verdura a mano, puedes hacerlo en un momento como hice yo. Simplemente con un par de puerros y una hoja de laurel y una pizca de cúrcuma me hice un caldo en menos de 20 min. para echarlo a la sopa de cebolla. Pero si quieres algo más elaborado, siempre puedes preparar un buen caldito o un fondo para tenerlo congelado y usarlo cuando lo necesites.
Aquí tienes un par de recetas que vienen bien para añadirlas a esta sopa:
Caldo de pollo paleo
Caldo de verduras paleo, receta fácil
Bien, vamos a ello.
Ingredientes:
– 1 cebolla blanca
– grasa para cocinar (aceite, ghee, etc. lo que prefieras)
– caldo de verduras
– sal (opcional)
– pimienta negra
Preparación:
Cortamos la cebolla en juliana, en tiras finas. Ponemos en una olla la grasa para cocinar y dejamos que se caliente a fuego lento.
Yo utilicé mis propias «pastillas mágicas». Tengo mi «avecrem paleo» particular, donde puedo mezclar y condimentar sabores de forma ultra rápida.
Puedes ver los tips y consejos de cómo preparar tus cubitos de especias para cocinar más rápido. La verdad es que es una gran ayuda que puedes sacar del congelador en cualquier momento que lo necesites. En concreto para esta receta, la pastillita que emplee fue con un toque de popurrí de pimientas (blanca, roja y negra).
Cuando tengamos el aceite ya caliente (ojo, no recalentado…) – antes de que salga humo – añadimos la cebolla para que se vaya dorando.








