
Pues no conocía yo el romanescu, o romanesco y resulta que es rico en Vitamina C, diurético, anticancerígeno y protector del corazón. Además de tener una forma increíblemente alucinante (me pasé un buen rato mirando sus dibujos fractales, casi hipnotizada…) su aroma y sabor me han gustado mucho. Al principio pensé que era un brócoli mutante, pero ¡no!
Este curioso vegetal pertenece a la familia de las crucíferas o brasicáceas, iguales que las coles de Bruselas, la col lombarda, el brécol, coliflor,nabos, rábanos, berros, rúcula, cúrcuma, mostaza o colza.
Al contrario de lo que suele decirse, no estamos frente a un híbrido entre coliflor y brécol. Esta es una variedad verde de coliflor italiana, las más antiguas que hay.
También existen coliflores violetas y amarillas, muy ricas, pero ninguna con esa forma tan preciosa que da pena hasta comer.
La col romanesco, o romanescu, podemos encontrarla de septiembre a abril. Y se cultiva sobre todo en Italia, España, la Bretaña francesa y el sur de Inglaterra.
Puedes comerla de diversas formas, asadas, a la parrilla, a la plancha, hervidas, al vapor, crudas, etc.
Pero en esta receta veremos lo rica que queda con un buen puré de boniatos (o patatas que también podéis emplear si queréis).
Por cierto, si no tenéis romanescu, también podéis hacer la misma receta con brécol o coliflor.
¡Veamos la receta!
| Raciones 3 ó 4 cavernícolas | Tiempo 20min |
Preparación
Pelamos los boniatos o las patatas y los cortamos en rodajas finas. Peramos también la cebolla y cortamos muy finita.
Ahora pondremos una sartén grande a calentar con grasa para cocinar (coco o ghee, etc), a fuego medio alto. Cuando ya esté caliente (60º C aprox), metemos los boniatos y la cebolla y los cocinaremos hasta que estén bien tiernos.
Mientras tanto ponemos a cocer las flores del romanescu ya lavadas. Si quieres las puedes hacer al vapor y dejarlas al dente. Así conserva mejor sus propiedades y está deliciosa.
Retiramos los boniatos de la sartén escurriéndolos lo justo, añadimos un poco de sal y pimienta al gusto y aproximadamente medio vaso de agua caliente. Trituramos todo hasta obtener un puré fino, y si quieres que sea más ligero, añade entonces algo más de agua. Es mejor que nos quede espeso. Puedes probar el puré e ir rectificando de sal o pimienta si quieres.
Ahora ya puedes servir el puré repartiendo las flores del romanescu por encima y las virutas de jamón (que puedes hacer más crujientes si los tuestas un poco antes).
Puedes añadir por encima una pizca de pimienta negra recién molida y un hilo de aceite de oliva virgen extra.
¡Que aproveche!